Pídele a la vida que mi ausencia se despida, que dejen paso el dolor y la ira a ese mundo en el que el color se respira. Si su sonrisa se para y me mira me entra la prisa y me encuentro perdida en el color de sus ojos que cambian con la brisa, que cuando se cierran el mundo me pisa. Y si aceleran, prometo estar lista y empezar a mirar desde su punto de vista.
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