jueves, 27 de octubre de 2011

New Zealand.

 Siempre he vivido en Babia, pero también he creído que los grandes sueños no se cumplen; los de verdad, los que te arrancan una sonrisa estúpida a boca llena con sólo imaginar. Soy de las que piensan que puestos a soñar, seamos exigentes, que los sueños se quedan en lo que son. Sueños.


 Pero hoy he decidido ir más allá, y si las ataduras que me condicionan me lo permiten, yo voy a ir a Nueva Zelanda a cumplir mi sueño. Quiero cometer esa locura; quiero, aunque no consiga nada de lo que espero, ir, intentarlo, ser temeraria por una vez en mi vida. Arriesgarme. Ganar o volver.


 Eso es todo. Peter Jackson, espérame, que voy en busca de tu amor.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Las 03:58.

 Oí los escalones como todas las madrugadas, ésta vez demasiado temprano. Me levanté del sofá, me calcé las chanclas y fui a darle los buenos días. El café con galletas y el beso en la mejilla: su desayuno.

 -El jueves es el cumpleaños de mamá.- Susurré.

 -Dieciocho...- Miraba el calendario mientras daba sorbos de su taza llena de café. -Cuarenta y ocho. Cómo se pasa la vida...- Con la vista fija en el calendario, en un marcado jueves día 20, mirando sin ver, viendo algo vete a saber qué; recuerdos de un ayer más lejano cada día totalmente nítido en su memoria, pude suponer. -El tiempo se pasa... Y luego te arrepientes de muchas cosas.

 Se terminó el café y, tras ponerse los zapatos del trabajo, se metió en el coche, le dí un beso en la frente y arrancó el motor.

 -Ten cuida'ico y no cojas...

 -... caramelos de extraños. Ya.- Cerró la puerta y sacó aquellos cuatro aros verde intenso.


 Y así oí perderse ese ronroneo al desaparecer doblando la esquina. Cerré la puerta y, como siempre, recé para que llegase a casa mientras echaba el pestillo con un fuerte chasquido metálico.

lunes, 3 de octubre de 2011

Puede suceder que me vuelva loca.

 Y que todas las cuerdas me sujeten como ropa tendida. Mi obsesión siempre intacta roza lo incomprensible, más aún pesa, pues siempre fue una ilusión imposible, una vida nacida de una frase convertida en un mundo que pasó a ser el mío.
 Un largo viaje lleno de batallas, de pérdidas y nostalgia por el lejano hogar; risas, llantos y lazos que se estrechan; voluntad, cólera y coraje rebosante en cada batalla, en cada paso del camino y en cada palabra pronunciada para sanar un corazón herido lleno de sentimientos.

 Nueve partieron con intención de salvar el mundo pero miles fueron los que derrotaron al mal y más los que dieron su vida por aquello que amaban, nobles hazañas de que sólo los hombres de antaño  fueron capaces. 


























Sin duda ellos sintieron emociones más sinceras y más profundas de las que en mi época y en adelante sentiremos jamás.