Buscando una mano a ciegas que por más que espere parece que nunca llega. No me canso de ser sincera, de llenar el corazón en tu gasolinera, de quererte aunque no quiera. El fugaz reflejo de una quimera salió del espejo, dándome el consejo de que no me fuera, diciendo que tú eras el ciego, que yo me quedara quieta. Me encontarás sonriendo, acongojada y sin aliento. Ilumíname con tu ojos del color de un momento.
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