Me pesa la vida cuando la ilusión ya muerta no abriga, cuando el sol coge las bridas y decide tener prisa por iluminar la cornisa que besaría cuando la lluvia la pisa. Que la brisa de coraje y que nunca muera su risa. Que la misa por su alma dure más que ésta tragedia imprecisa que duele en un sólo corazón y en el restante una canción improvisa durante un instante sobre una palabra sumisa que hace de una hormiga un elefante al que le aprieta la camisa y que no hay quién lo levante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario