miércoles, 26 de diciembre de 2012

Otro año que se marcha.

 Ha sido un año de despedidas. Demasiadas. Hoy ya no sé si decir que ha sido un gran año o, simplemente, uno más. El mejor y a la vez el peor. Ha sido todo ilusión, magia y un no parar, pero también ha sido decepción y ha pasado lo que no tenía que pasar. He aprendido que todo siempre puede ir a peor, que el olvido es relativo y que la vida, cuanto más vacía, más pesa. Que nadie va a sonreír por mí si yo no sonrío y que siempre habrá alguien que me abrace cuando tenga frío. Ya no creo eso de que si recibes un golpe te haces más fuerte y a veces no le encuentro el lado positivo a las cosas. A veces te venden ilusión disfrazando que son sobras. Este año me ha dejado el corazón derrumbado y en obras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario