miércoles, 16 de noviembre de 2011

Miedo.

 Nunca me ha gustado la noche, por eso de la oscuridad y el silencio, que hacen que me sienta desnuda, vigilada tras un velo negro a través del que no puedo ver; presa de la mirada de alguien que no ha sido invitado y que temo conocer.

 En teoría, la luz es el bien y la oscuridad el mal, pero eso es simplemente porque bajo la luz podemos ver, nos sentimos seguros bajo ella, pero en la oscuridad, en ocasiones, ni siquiera llegamos a distinguir nuestras propias manos. El miedo a la oscuridad, a lo que puede acecharnos en ella es lo que nos empuja a pensar que es necesariamente malo, que quiere hacernos daño. Ese ''mal'' tan sólo está en nuestra cabeza.

 Pero dime, si algo te acechase en la completa oscuridad, ¿acaso pensarías que es un conejito envuelto en arcoiris?

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