Estoy harta de jugar.

 Soy de las que piensan que todo lo bueno tiene un principio y todo lo malo un final; de las que no creen ser lo que otros las llamen por mucho que lo repitan; de las que únicamente luchan cuando la paz no es una opción. Soy más de lo que yo misma creo ser; más de lo que todos creen que soy. Soy de las que exhalan fuego en el último y decisivo instante.

 Y el fuego lo arrasa todo a su paso.

La Chica de ayer.

 Cada vez que me toco alarmantemente el pelo es porque algo se ha movido o porque algo ha dejado de hacerlo. Porque algo ha hecho un 'CLICK' en mi cabeza.

 Siempre he creído que cada día, cada uno es una persona distinta. Mi yo de ayer habría pensado que la idea de raparme está bien, está muy bien, pero que es una locura. Y YO, HOY, me encuentro harta del "decir querer hacer" y he entrado un poco en el "decir y hacer".
 A la chica de ayer le asustaba la idea de morir cada día, de ser peor que la chica del día anterior, de que llegue el día en el que deje de ser yo. Hoy, en cambio, me siento motivada para levantarme mañana y decir ''Hoy quiero ser mejor que ayer, puedo serlo, y voy a serlo''.

 Y mañana quiero ser maravillosa.